“Aquí me encuentro nuevamente”, así comenzaba la última carta de Chadryán Vila Seguín, “escribiendo una carta en la cual expreso todo mi dolor, mis sufrimientos y penas para que todos ustedes comprendan cuánto sufren las personas que están privadas de libertad injustamente”. La injusticia sobre Chadryán Vila.
Chadryan es un joven matancero, cardenense, de 25 años, que salió a manifestarse como lo hicieron otros cientos en su ciudad.
Lleva casi 3 años en el Combinado del Sur, Matanzas, y este encierro injusto lo ha hecho someterse en varias ocasiones a huelgas de hambre, poniendo en peligro su vida por la defensa de lo que cree justo y correcto. En enero de 2022, la esposa y los padres del joven supieron, por mediación de otro preso, que Chadryán llevaba más de una semana “plantado”. La huelga de hambre de aquel entonces fue extendida hasta pasados los 18 días.
Chadryán escribe cartas desde la prisión, con la doble intención de comunicar sus sentires al pueblo cubano y desahogar todo el malestar que poco a poco lo va consumiendo. Se hace preguntas -como en la última carta- para las que sabe no tiene respuestas. “¿Por qué yo, si lo que hice fue alzar mi voz y mi mano por el bien de un pueblo?… ¿Dónde estaba Dios en ese momento, o en estos años que yo no he parado de pedirle ni un solo día?”
El 11 de julio de 2021 Chadryán se sumó a las masivas protestas antigubernamentales que se daban en la isla. La cosa en Cárdenas se puso intensa. Aunque inicialmente los manifestantes, pacíficamente, se dirigieron a la sede municipal del Partido Comunista, donde los oficiales y dirigentes observaron al pueblo con detenimiento y temor, prontamente la cosa se descontroló, una vez dada la voz de mando presidencial sobre la protesta.
Reprimir fue el mandato, y numerosos oficiales de policía, de boinas negras, apoyados en los jóvenes que pasaban el servicio militar, intervinieron violentamente la protesta.
El padre de Chadryán aclara que quien comenzó a lanzar piedras fue precisamente la parte oficialista. “Mandaron a su gente a tirar piedras, y causar alboroto en las tiendas MLC, para después culpar al resto”
Los manifestantes se dirigieron entonces a las tiendas en moneda libremente convertibles, y extrajeron de ahí, como en muchas otras ciudades, alimentos, productos de aseo y efectos electrodomésticos. Chadryán, lo atestigua un video, solamente retiró dos cajas de jugo para su niño pequeño.
El 17 de agosto se presentaron en su casa tres oficiales del Departamento Técnico de Instrucción, por sus siglas, DTI. Chadryán trabajaba junto al padre, y tras investigar, los oficiales del DTI aseguraron que la citación sería para realizarles preguntas rutinarias, para nada vinculadas con la manifestación de julio. Chadryán acompañó a los oficiales, y jamás volvió a regresar a casa.
Después de varios días en la unidad, siendo amenazado y torturado psicológicamente para hallarle alguna confesión incriminatoria, fue trasladado a prisión en espera de su juicio, el cual se realizó en diciembre de ese mismo año 2021.
El Teniente Coronel Liber González, frustrado por la ausencia de motivos para culpar al muchacho, prometió darle la pena máxima. “Por mis pantalones, sea o no culpable”, dijo el Teniente Coronel a Alexander, padre de Chadryán.
El juicio realizado en diciembre, estuvo marcado por una terrible militarización. Boinas negras, armas largas, perros pastores alemanes. Solo pudo entrar un familiar de cada acusado. No hubo pruebas para culpar a Chadryán. Incluso, según testifica el padre, trajeron un oficial de Guantánamo, quien dijo venir a testificar en contra de Chadryán. El abogado defensor del muchacho pidió al guantanamero que señalara cuál de los seis acusados era Chadryán, y este ni siquiera pudo reconocerlo.
En el juicio, luego de una ausencia masiva de pruebas, y de un discurso acusador plagado en incoherencias, Chadryán Vila fue encontrado culpable en los delitos de desorden público y sabotaje. El 13 de enero su sanción fue dada a conocer: 11 años de privación de libertad.
Chadryán no se explica –nadie puede hacerlo- cómo puede llegar tan lejos la injusticia. Desde prisión se hace preguntas, que hoy podemos ver nosotros gracias a las redes sociales. Nadie tiene respuestas.
“Verdaderamente no entiendo, y en realidad no quisiera entender”, dice. “Lo único que quiero es que si Dios existe, que ponga su mano sobre nosotros y haga justicia”
Consulte aquí todos los datos del prisionero político Chadryán Vila Seguín en la lista oficial de Prisoners Defenders: https://lista.prisonersdefenders.org/prisioneros/chadryan-vila-sequin/